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Aspiración y fibrosis pulmonar idiopática

neral una prevalencia de RGE sintomático entre

el 10-20% en América del Norte y Europa, con

una menor prevalencia en Asia. Los autores han

propuesto que, en estos casos, el RGE puede ser

causado por la disminución de la distensibilidad

pulmonar, como resultado de la infiltración de

tejido conectivo en el parénquima pulmonar y el

aumento consecuente de la presión negativa intra-

torácica durante la inspiración

11,12

. Sin embargo,

se ha observado que solo un 50% de los pacientes

con FPI refieren los síntomas clásicos de RGE

como pirosis, dispepsia y regurgitación, lo que

sugiere que los hallazgos clínicos por sí solos

son insuficientes para confirmar el diagnóstico

y se requieren exámenes complementarios, tales

como la manometría esofágica, medición de pH

esofágico de 24 h e impedanciometría esofági-

ca

7-10

. Por esta razón, es necesario enfatizar la

importancia de las evaluaciones objetivas para

determinar la presencia de RGE en esta pobla-

ción. Se ha sugerido que los eventos de reflujo

proximal pueden causar aspiración y, de esta

forma, potencialmente conducir al desarrollo de

FPI y/o exacerbaciones agudas de esta entidad

(EA-FPI)

13,14

. Los pacientes portadores de FPI

pueden presentar episodios frecuentes de reflujo

proximal en ausencia de síntomas (20 cm proxi-

mal al esfínter esofágico inferior [EEI])

9,15

. La

exposición proximal a ácido ha sido observada

con frecuencia en pacientes con esta condición

en comparación con sujetos controles asintomá-

ticos y sanos, en quienes los eventos de reflujo

faringo-laríngeo (RFL) y de reflujo de columna

completa o reflujo 2 cm distal al esfínter esofági-

co superior [EES]) son extremadamente raros

16

.

Si se tiene en cuenta que tan solo tres episodios

de RFL a la semana pueden causar grave daño

anatómico e inflamación laríngea

17

, es posible

que la exposición proximal a contenido gástrico

pueda provocar severas consecuencias en la vía

aérea de estos pacientes.

Hershcovici y cols

18

realizaron una revisión

sistemática examinando la relación entre el reflu-

jo gastroesofágico y las enfermedades pulmona-

res intersticiales, identificando catorce artículos

relacionados con RGE en pacientes con FPI, re-

portando una elevada prevalencia de RGE en esta

entidad clínica; sin embargo, no hubo relación

entre la gravedad de ambas condiciones y los

resultados obtenidos con las medidas antirreflujo

han sido controversiales (Tabla 1). Diez estudios

examinaron la prevalencia de RGE en pacientes

con FPI empleando evaluación de síntomas, mo-

nitorización de 24 h de pH esofágico, manometría

esofágica o estudio de imágenes. Cuatro estudios

examinaron la relación entre RGE o su tratamien-

to con la gravedad de la enfermedad pulmonar

intersticial. Ninguno de los estudios mencionados

fue diseñado para evaluar la relación causal entre

RGE y FPI.

Por desgracia, ninguno de los fármacos supre-

sores de ácido cumple la función de barrera del

EEI o elimina el reflujo o el riesgo de aspiración,

por lo que su papel como parte del manejo de

la FPI es aún incierto. En un estudio clásico,

Lee y cols

19

midieron los niveles de pepsina en

24 pacientes con EA-FPI comparándolo con 30

pacientes control con FPI en fase estable. Los

autores encontraron concentraciones medibles

de pepsina en el lavado broncoalveolar (LBA)

en la mayoría de los pacientes con FPI en fase

estable, lo que sugiere que la aspiración oculta es

común en ellos. Pero, más importante aún, obser-

varon que un 33% de los pacientes con EA-FPI

tenían concentraciones elevadas de pepsina en

el LBA, lo que apunta a que la aspiración oculta

podría estar involucrada en algunos casos en la

etiopatogenia y progresión de la enfermedad. En

la misma línea, Tcherakian y cols

20

observaron

una mayor asociación entre RGE y EA-FPI en

pacientes con FPI asimétrica. La mayoría de las

exacerbaciones de la enfermedad acontecieron

en el pulmón con mayor daño anatómico, lo que

correspondía al hemitórax ubicado en posición

dependiente al dormir.

Un análisis

post hoc

de las ramas placebo de

tres estudios clínicos, correspondiendo a 242

pacientes, evidenció que la EA-FPI ocurrió solo

en sujetos que no estaban recibiendo terapia su-

presora de ácido (inhibidores de la bomba de pro-

tones [IBP] o antagonistas H

2

), atribuyéndole un

potencial efecto protector en la injuria pulmonar

por microaspiración

21

. Tanto es así, que el 51%

de los pacientes que empleaba terapia supresora

de ácido al inicio del estudio mostró una menor

reducción de la capacidad vital forzada (CVF) a

las 30 semanas de seguimiento, lo que sugiere un

efecto benéfico en estos pacientes, y le confiere

al RGE un papel significativo en la progresión de

la enfermedad

22

.

Sin embargo, en contraposición a estos resul-

tados, el análisis

post hoc

de los estudios INPUL-

SIS han demostrado que la incidencia de EA-FPI

en el grupo que empleaba terapia supresora de

ácido al inicio del estudio fue superior compa-

rado con aquellos que no fueron tratados: 33

(47,8%)

versus

373 (37,6%) casos,

hazard ratio

:

1,78 (IC95% 0,92-3,43)

22

y la CVF disminuyó en

mayor grado en comparación con quienes no em-

plearon dicha terapia. Esto sugiere que la terapia

supresora de ácido podría ser deletérea en algu-

nos pacientes con esta condición

23

. La razón para

Rev Chil Enferm Respir 2017; 33: 111-117