

Tratamiento quirúrgico del empiema pleural
Neumol Pediatr 2014; 9 (3): 95-101
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Los objetivos del tratamiento quirúrgico del empiema pleural en
esta fase son:
a) transformar la colección multiloculada en una colección única
para lograr así el completo drenaje del fluido residual.
b) debridar tanta fibrina como sea posible para controlar
la infección pleural y liberar al pulmón para que expanda y
reestablezcan contacto pleura visceral con pleura parietal.
De esta manera se acelera la resolución de la infección, se
logra la reexpansión pulmonar y que el tratamiento antibiótico
sea más efectivo. Con las técnicas mínimamente invasivas se
obtiene un excelente resultado, logrando post operatorios con
escaso dolor, estadas hospitalarias más cortas y buen resultado
estético (23, 24).
FIBRINOLÍTICOS
La Sociedad de Tórax Británica recomienda la terapia fibrinolítica
como una opción médica para pacientes en los que el líquido
pleural está espeso o tabicado como una alternativa razonable
a la Videotoracoscopía para niños con derrame paraneumónico
tabicado que están hospitalizados en instituciones que carecen
de un cirujano pediátrico entrenado en Videotoracoscopía,
basado en que no hay diferencias en los resultados clínicos (25).
En nuestro país el alto costo de la Uroquinasa no ha permitido la
introducción de su uso, más que en casos aislados, por lo que
no hay experiencia. En el extranjero existe experiencia y buenos
resultados con uso de Estreptoquinasa, de bajo costo pero que
no está aprobada por la Administradora de drogas y alimentos
del Departamento de salud y Servicios humanitarios de Estados
Unidos.
MANEJO POST-OPERATORIO
Se debe tratar el dolor, equilibrio hidrosalino y ácido base,
mantener kinesioterapia y antibióticos. No hay datos de ensayos
controlados aleatorios sobre la duración apropiada del antibiótico
o si la duración debe variar dependiendo del organismo causal.
Algunos continúan antibióticos por vía intravenosa durante 48
horas después de que ha cedido la fiebre o se ha retirado el
drenaje. Otros lo mantienen en total por 7 a 10 días aunque
se encuentre afebril. Al pasar a tratamiento oral, éste debe ser
continuado por dos o tres semanas más (26).
El niño/a debe permanecer hospitalizado mientras esté con tubo
de drenaje y el alta se basa de preferencia en el criterio clínico:
afebril, sin requerimiento de oxígeno, buen apetito, buen nivel
de actividad y estado general, más que en el criterio radiológico,
ya que la radiografía de tórax tarda entre 4 a 6 semanas en
limpiarse luego del debridamiento y en algunos casos aún
mantienen cierto grado de engrosamiento pleural residual hasta
las doce semanas de postoperatorio.
CONCLUSIONES (PUNTOS CLAVE)
• Es importante un diagnóstico clínico precoz del derrame
paraneumónico.
• Los síntomas más comunes de empiema son fiebre, tos,
malestar general, anorexia, dolor torácico, disnea o falta de
respuesta a las 48 horas de terapia apropiada para la neumonía.
• Los niños con clínica descrita deben ser evaluados con
radiografía de tórax.
• Si se confirma derrame radiológico mayor a un centímetro en
Radiografía en decúbito o a un cuarto del hemitórax en AP se
debe continuar con una ecografía que es la técnica de imagen
preferida para confirmar la presencia de líquido en el espacio
pleural y evaluar si hay loculaciones y tabiques.
• Si el derrame es libre se debe agregar una pleurocentesis
diagnóstica y eventualmente evacuadora si el líquido es escaso.
Según el tipo y la cantidad de derrame se debe colocar un tubo
pleural.
• Si el derrame se reproduce o está tabicado la mejor
recomendación es una videotoracoscopía para efectuar un
debridamiento pleuropulmonar que mejore al niño en menor
tiempo y con menos secuelas.
EL autor declara no tener conflictos de interés, en relación a
este artículo.
REFERENCIAS
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infection. N Engl J Med 1995; 332:1280-1284
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