

71
Contenido disponible en
www.neumologia-pediatrica.clcon laringoscopio o asistida con fibrobroncoscopia flexible.
Este procedimiento debe ser realizado por el operador más
experto cuando se ha anticipado de forma correcta una VAD.
En situaciones en las que la vía aérea no constituye una
emergencia inmediata la aproximación terapéutica va a
depender de la causa que valora. En forma general, si la obs-
trucción aguda ocurre a nivel faríngeo, por ejemplo en absce-
sos periamigdalinos el tratamiento puede considerar el apoyo
de CPAP, máscara laríngea o bien intubación endotraqueal, lo
que dependerá de la estabilidad del paciente y disponibilidad
de recursos. Ante obstrucción faríngea crónica, como ocu-
rre en pacientes con enfermedades neuromusculares y/o
niños con síndrome de Down se puede considerar el uso
de tubos nasofaríngeos, apoyo con CPAP o traqueostomía
si la situación lo amerita
(8)
. Algo similar ocurre en niños con
síndrome de Beckwith-Wiedemann y secuencia Pierre-Robin;
sin embargo, en estos pacientes es posible comenzar con po-
sicionamiento, placas palatinas de ortodoncia y flujo nasal con
cánulas nasofaringeas durante las primeras semanas de la vida
disminuyendo la necesidad de traqueostomía, mientras se
pueda realizar resolución quirúrgica con distracción ósea
(9,10)
.
Por otro lado, cuando la obstrucción aguda ocurre a
nivel laríngeo supraglótico, como en la epiglotitis, el abordaje
terapéutico está bastante claro, se debe administrar oxígeno,
evitar procedimientos invasivos hasta que el paciente puede
ser anestesiado con anestésicos inhalados, ventilado con
máscara y luego proceder con acceso intravenosa establecido
a intubación endotraqueal por el personal más calificado, ya
que suele ser difícil.
En laringomalacia, el manejo habitualmente es conserva-
dor y sólo se debe plantear uso de traqueostomía ante signos
de gravedad como apneas, cianosis, dificultad respiratoria
o falta de progreso ponderal. Otra opción quirúrgica es la
epigloplastía, que consiste en resecar partes de la epiglotis y
pliegues ariepiglóticos superiores, lo que en general debiera
ser hecho unilateralmente por el riesgo de estenosis cicatri-
cial
(11)
. En el caso de obstrucción por parálisis cordal unilateral,
el niño suele lograr compensar el déficit y el manejo tiende a
ser conservador, pero en el caso de parálisis bilateral es muy
difícil evitar la traqueostomia por el alto riesgo de obstrucción
severa
(11)
.
A nivel subglótico, el croup es la causa más común de
obstrucción aguda y su tratamiento se encuentra bien es-
tandarizado, logrando con el uso de corticoides sistémicos
y nebulizaciones de adrenalina, el manejo adecuado de la
mayoría de los pacientes, limitando sólo a los casos más se-
veros el manejo invasivo de la vía aérea
(12,13)
. Por otro lado, la
estenosis subglótica ya sea secundaria a inflamación/infección
de la vía aérea, a intubación endotraqueal, o por la presencia
de lesiones quísticas y/o hemangiomas habitualmente re-
quieren como parte de su manejo el uso de traqueostomía,
mientras se logra el manejo intervencional/quirúrgico de la
patología de base
(14)
.
CONCLUSIONES
El enfrentamiento de un paciente con vía aérea difícil es una
situación clínica presente en la práctica pediátrica. El cono-
cimiento y entrenamiento en condiciones conocidas por su
asociación con vía aérea difícil es indispensable para anticipar
y tratar la permeabilidad de la vía aérea. El manejo involucra
la colaboración de equipos multidisciplinarios orientados a
cuidado integral e individualizado de cada uno de estos pa-
cientes. La principal diferencia entre el niño y el adulto radica
en la rapidez en desarrollar hipoxemia en el primero con las
conocidas consecuencias. La maniobra más importante en el
manejo de la vía aérea es la ventilación con máscara y bolsa.
REFERENCIAS
1. Practice guidelines for management of the difficult airway: an
updated report by the American Society of Anesthesiologists Task
Force on Management of the Difficult Airway. Anesthesiology 2003;
98: 1269-77.
2. Andreu E, Schmucker E, Drudis R, Farre M, Franco T, Monclus
E, et al. Algoritmo de la vía aérea difícil en pediatría. Rev Esp
Anestesiol Reanim. Mayo 2011; 58: 304-11
3. Craig Sims, Britta von Unger The normal and the challenging
pediatric airway. Pediatric Anaesth 2012; 22: 521-6.
4. Xue FS, Zhang YM, Liao X, Liu JH. Airway management
for pediatric patients with difficult airways due to craniofacial
abnormalities. Paediatr Anaesth 2009; 19: 701-2
5. Vener DF, Lerman J. Vías respiratorias pediátricas y síndromes
relacionados con ellas. Rev Col Anest 1998; 26: 317.
6. Sculerati N, Gottlieb MD, MS Zimbler, McCarthy JG. Airway
Managment in Children with mayor Craniofacial Anomalies.
Laringoscope 1998; 108: 1806-12.
7. Hammer J. Acquired upper airway obstruction. Rev Respir Paediatr
2004; 5: 25-33.
8. Marcus CL, Keens TG, Bautista DB, Von Pechmann WS, Ward
SLD. Obstructive sleep apnea in children with Down syndrome.
Pediatrics 1991; 88: 132-9.
9. Rimell FL, Shapiro AM, Shoemaker DL, Kenna MA. Head and neck
manifestations of Beckwith Wiedemann syndrome. Otolaryngol
Head Neck Surg 1995; 113: 262-5.
10. Tomaski SM, Zalzal GH, Saal HM. Airway obstruction in the Pierre
Robin sequence. Laryngoscope 1995; 105: 111-4.
11. Zalzal GH, Anon JB, Cotton RT. Epiglottoplasty for the treatment
of laryngomalacia. Ann Otol Rhinol Laryngol 1987; 96: 72-6.
12. Newman KB, Mason UG 3rd, Schmaling KB. Clinical features of
vocal cord dysfunction. Am J Respir Crit Care Med 1995; 152:
1382-6.
13. Stannard W, O’Callaghan C. Management of croup. Paediatr Drugs
2002; 4: 231-40.
14. Nicolai T. Therapeutic concepts in upper airway obstruction. Rev
Respir Paediatr 2004; 5: 34-9.
Vía aérea difícil - P. Bertrand et al
Neumol Pediatr 2012; 7 (2): 67-71.