

Neumol Pediatr 2015; 10 (2): 58 - 66
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Ultrasonido en Tórax Pediátrico
Figura 11
A. Radiografía de tórax de niña de 2 años que
muestra aumento de volumen mediastínico
derecho por sobre la carina (flecha) con leve
desplazamiento de la tráquea a izquierda
(cabeza de flecha). Hallazgo incidental.
B. El Ultrasonido demuestra lesión quística
simple compatible con quiste broncogénico
(cabezas de flechas)
C. La Tomografía Computada muestra quiste
mediastínico simple (flecha), en la cirugía
posterior se confirma quiste broncogénico
Figura 10.
A. Radiografía de lactante con un contorno mediastino superior izquierdo inusual, de configuración triangular y borde externo recto
(flecha)
B. Ultrasonido con abordaje anterior intercostal izquierdo, se visualiza tejido tímico normal, de aspecto característico (flechas)
PARED TORÁCICA
En general las lesiones superficiales en tórax son
diagnosticadas correctamente con la inspección clínica y no es
necesario apoyo de imágenes. El US de alta resolución proximal
muestra con detalle la dermis e hipodermis, el plano muscular,
la superficie convexa de los arcos costales, la configuración
cilíndrica de los cartílagos, los músculos intercostales y en
profundidad la superficie pleural como una línea ecogénica. Las
fracturas costales en pediatría son infrecuentes, cuando no están
desplazadas es difícil demostrarlas con RX. Con US localizado,
buscando el punto de mayor dolor es posible identificarlas
(Figura 12). Es frecuente el hallazgo de deformidades localizadas
en costillas o cartílagos costales, fácilmente demostrables con
US (Figura 13). Los hemangiomas, malformaciones vasculares y
lipomas de la pared son evaluados en su extensión , profundidad
y características propias con ayuda del Doppler color. En
procesos infecciosos de la pared como celulitis o colecciones
permite visualizar la extensión y sirve de guía para drenaje
percutáneo. Los tumores malignos primarios o metastáticos son
infrecuentes en pediatría, el US puede ser un examen inicial que
oriente a su localización, origen, profundidad, destrucción ósea
o reacción periostal asociada. Sin duda en estos casos el estudio
debe continuar con exámenes como TC o RM (4,6) (Figuras 14,
15 y 16)