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Introducción
El reflejo de la tos constituye un importante
mecanismo de defensa innato del sistema res-
piratorio puesto que permite la eliminación de
agentes extraños y esputo bronquial desde la
vía aérea. Su eficacia depende de la capacidad
funcional de los grupos musculares inspiratorios
y espiratorios, así como también, de las caracte-
rísticas anátomo-funcionales de la caja torácica
1
.
Existen diversas patologías que cursan con de-
terioro del mecanismo de la tos. En este contexto,
se ha observado en pacientes con enfermedades
neuromusculares (ENM) un compromiso severo
de la función de la tos, demostrado a través de
caídas significativas del flujo máximo de tos
(FMT), presión espiratoria (Pemax) e inspiratoria
máxima (Pimax). Esto constituye un factor de
riesgo importante para la generación de infeccio-
nes respiratorias, contribuyendo a incrementar
el deterioro en la calidad de vida y pronóstico
de este grupo de pacientes
2,3.
Por otra parte, se
ha descrito recientemente que los pacientes con
fibrosis quística poseen debilidad de los músculos
respiratorios y experimentan caídas en la fuerza
muscular inspiratoria una vez que son coloni-
zados por
Pseudomonas aeruginosa
, fenómeno
que se acentúa con las infecciones respiratorias
recurrentes a lo largo del curso clínico de la
enfermedad, constituyendo un factor de riesgo
potencial para el deterioro, a largo plazo, del
mecanismo de la tos
4-6
.
Diversas estrategias terapéuticas han sido
desarrolladas para optimizar el mecanismo de la
tos y mitigar las repercusiones de su deterioro.
En este ámbito, las técnicas de asistencia manual
y el empleo de dispositivos de tos asistida han
sido los métodos más efectivos para lograr una
adecuada depuración o
clearance
bronquial en
pacientes con debilidad muscular respiratoria
e hipersecreción bronquial en estado estable
7,8
.
Adicionalmente, el entrenamiento de los múscu-
los respiratorios ha sido empleado para mejorar
la función de los músculos inspiratorios y espi-
ratorios con resultados
exitosos tanto en sujetos
sanos como en pacientes con enfermedades res-
piratorias crónicas (ERC)
9-11
. Sin embargo, sus
efectos sobre la capacidad generadora de flujos
espiratorios forzados, aun son materia de estudio;
pese a aquello, el EMR se encuentra actualmente
recomendado en las guías nacionales de rehabili-
tación para niños con enfermedades respiratorias
crónicas
12
.
Considerando los discrepantes resultados
respecto al beneficio del entrenamiento muscular
respiratorio en pacientes con ERC, otras estrate-
gias de intervención han sido evaluadas, como la
electro-estimulación de músculos abdominales;
lo cual ha mostrado efectos positivos en pacientes
con lesión medular alta
13,14
. Resultados que mo-
tivan el desarrollo y profundización de esta línea
de investigación.
El efecto de un programa de entrenamiento
abdominal activo sobre la fuerza de los músculos
respiratorios y flujos espiratorios forzados no ha
sido reportado, razón por la cual, se hace necesa-
rio conocer el comportamiento de estas variables
posterior a un programa de entrenamiento loca-
lizado de fuerza abdominal, en una muestra de
adolescentes sanos, antes de iniciar el diseño de
un estudio clínico en pacientes con ERC.
Por lo precedentemente planteado, el objetivo
primario de este estudio es evaluar el efecto de
un protocolo de fortalecimiento de músculos ab-
dominales sobre la función muscular respiratoria
(Pimax, Pemax), flujo espiratorio máximo (FEM)
y flujo máximo de tos (FMT); el objetivo secun-
dario de este estudio es determinar la correlación
entre las variables de función respiratoria con el
nivel de fuerza de los músculos abdominales,
U de Mann Whitney, coeficiente de correlación de Pearson y test t-student para muestras pareadas.
Los resultados se expresan en promedios y desviación estándar. Se consideró significativo un valor
de p < 0,05. Ingresaron al estudio 17 sujetos (8 hombres y 9 mujeres), todos los sujetos realizaron
el protocolo completo. Posterior al protocolo los sujetos incrementaron en 21,7% el rendimiento del
sit-up test (p = 0,0001); la Pimax aumentó 16,5 cm H
2
O (+17,1%) (p=0.006), la Pemax aumentó 34,9
cm H
2
O (+50,2%) (p =0,0001). Por otra parte, el FEM aumentó 35,3 L/min (+8,3%) (p=0,003) y el
FMT aumentó 36,6 L/min (+9,1%). La fuerza de músculos abdominales no muestra correlación con
las variables de función respiratoria. Sólo FEM muestra correlación moderada con el FMT (r = 0,6;
p = 0,007) y Pemax (r = 0,59; p = 0,01). Se concluye que, en la muestra estudiada, se observan in-
crementos en la fuerza muscular respiratoria, FEM y FMT luego de un protocolo de entrenamiento de
músculos abdominales. No se observó asociación entre la fuerza muscular abdominal y las variables
de función respiratoria antes de iniciado el protocolo.
Palabras clave:
Entrenamiento muscular respiratorio, flujo espiratorio máximo, músculos respi-
ratorios, músculos abdominales, tos.
I. Rodríguez N. et al.