

Neumol Pediatr 2018; 13 (2): 61-64
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Síntomas respiratorios asociados a alergia alimentaria
3
y los que mostraban sensibilización a 4 o más alimentos mayor
prevalencia de asma persistente.
Lagreula et al
(13)
: en forma retrospectiva, se planteó
evaluar la frecuencia de broncoespasmo durante la prueba de
provocación con alimentos por vía oral. Para esto usó criterios
clínicos (tos, sibilancias, espiración prolongada) y espirométricos
(caída VEF1
≥
12% o 200 ml) en 126 pacientes mayores de
5 años con alergia alimentaria con test de provocación oral
positivo. La edad promedio de los niños fue 10 años (rango
7-14 años), en este grupo el 66% tenía diagnóstico previo de
asma, 75% de rinitis alérgica y 50% de dermatitis atópica. Un
33,3 % de los pacientes presento broncoespasmo con el test
de provocación oral, de estos en el 20,4% fue como síntoma
aislado, mientras que en el resto fue asociado a una reacción
anafiláctica. El factor de riesgo más importante para presentar
broncoespasmo fue la alergia al maní (OR 2.92). Por otro lado,
el antecedente previo de tener asma bronquial no fue factor
de riesgo para presentar broncoespasmo durante el test ya
que hubo pacientes que presentaron broncoespasmo sin tener
historia previa de síntomas asmáticos. Al hacer análisis de
factores de riesgo combinados para presentar broncoespasmo
estos fueron: edad >9.5 años, alergia a maní o proteína de leche
de vaca e índice de severidad de reacción alérgica tipo anafilaxia
2 a 4 según clasificación de Sampson. con una sensibilidad de
87%.
MANEJO DE ASMA Y ALERGIA ALIMENTARIA
Independientemente de si en un paciente pueda existir
causalidad entre ambas enfermedades o estas coexistan se debe
considerar que probablemente estos pacientes presentarán un
mayor riesgo de pobre control de asma
(4,5)
.
Para prevenir esto los pasos a seguir comprenden:
1. Establecer un buen diagnóstico de alergia alimentaria: historia
clínica, test cutáneo, IgE especifica, dieta de exclusión con
contraprueba, test de provocación oral.
2. Establecer diagnóstico de asma bronquial: historia clínica,
síntomas, factores gatillantes, respuesta a broncodilatador.
3. Sospechar posible alergia alimentaria en pacientes que
presenten crisis asmáticas severas con riesgo vital sin factores
gatillantes conocidos como infecciones virales o pacientes muy
atópicos con asma no controlada a pesar de tratamiento bien
llevado.
4.Se debe considerar en algunos casos la posibilidad de
reacción anafiláctica inducida por alimentos y asociada a
ejercicio como diagnóstico diferencial, esta entidad rara se
presenta en pacientes que solo muestran síntomas cuando
asocian la ingestión de un alimento seguido de actividad física
de intensidad variable en cada paciente, siendo asintomáticos
si se exponen a estos factores por separado. Habitualmente la
aparición de síntomas ocurre dentro de los 30 minutos después
de realizado el ejercicio.
5.Tratamiento una vez establecido el diagnóstico debe iniciarse
con una buena educación del manejo de ambas patologías, en
el caso de alergia alimentaria explicar a los padres que deben
leer detalladamente la información sobre alimentos envasados
que consuma el niño, así como la medicación adecuada en caso
de ingestión accidental. Se debe tratar de establecer bien si los
síntomas respiratorios son asociados a una reacción anafiláctica
ya que en este caso el manejo debe ser con adrenalina inyectable
y no con
b
-2 agonistas.
(5)
Un potencial tratamiento aún en estudio para ambas
patologías es el uso de terapias biológicas como por ejemplo
el omalizumab asociado a inmunoterapia para desensibilización
en caso de alergia a proteína de leche de vaca y maní con el
objetivo de disminuir los posibles efectos adversos asociados
a la inmunoterapia, sin embargo, los resultados de los trabajos
realizados hasta ahora no son consistentes por lo que se
requieren más estudios al respecto
(5,14)
.
RINITIS Y ALERGIA ALIMENTARIA
Como han mostrado los trabajos antes descritos, la
alergia alimentaria también se asocia a síntomas de vía aérea
alta, especialmente: congestión nasal, rinorrea y estornudos
(8)
.
Liu
(15)
encontró una mejora significativa en la reactividad a
alergenos alimentarios por pruebas cutáneas y provocación
oral en pacientes con rinosinusitis crónica y alergia alimentaria
después de realizarles cirugia sinusal. Se postuló una
reducción en las respuestas Th2 a alergenos alimentarios
debido a la disminución de las concentraciones de enterotoxina
estafilocócica en las cavidades sinusales y el intestino. La
presencia de este agente infeccioso aumentaría la probabilidad
de desarrollar alergia alimentaria mediada por Th2.
CONCLUSIÓN
Existe fundada evidencia en la literatura que apoya
la asociación de alergia alimentaria, asma y rinitis alérgica.
Es claro que pacientes con alergia alimentaria persistente
(preescolares –escolares) tienen más riesgo de ser asmáticos.
Además un porcentaje variable de ellos presenta síntomas
respiratorios asociados a reacción anafiláctica luego de ingerir
los alimentos involucrados. A la luz de esta información es
importante considerar al evaluar estos pacientes con alergia
alimentaria la presencia o no de síntomas respiratorios al ingerir
alimentos, esto especialmente cuando se inicia la reintroducción
de ellos a la dieta para evaluar tolerancia ya que lo habitual es
que solo se considere la aparición de síntomas gastrointestinales
y cutáneos.
Además en pacientes asmáticos la historia de
haber presentado alergia alimentaria debe ser considerada
especialmente en aquellos niños que a pesar cumplir bien con
su tratamiento no logren control de asma o tengan historia de
presentar crisis severas en que el factor gatillante no esté claro.
En relación al diagnóstico de alergia alimentaria
es necesario considerar que este es complejo y que la única
certeza diagnóstica lo constituye un test de provocación oral
el cual establece una relación causa efecto entre el alimento
y los síntomas clínicos, siendo el prick test y la IgE especifica
exámenes que en forma aislada solo dan cuenta de sensibilización
a un alimento.
El autor declara no presentar conflicto de intereses.