Estudio clínico de fases iniciales evaluó la tolerabilidad y capacidad de generar respuesta inmunitaria de varias formulaciones basadas en antígenos mosaico para prevenir la infección.
Un elevado consumo por tiempo prolongado se asocia con un menor riesgo de sufrir la condición en mujeres de edad avanzada.
Dietas excesivamente pobres o ricas en el nutriente confieren mayor riesgo de mortalidad, mientras que la sustitución por grasas y proteínas vegetales lo disminuye significativamente.
El uso concomitante de nivolumab e ipilimumab en pacientes con melanoma sin tratamiento previo confiere un beneficio clínico intracraneal significativo en el 57% de los casos.
Este tipo de alimentación ralentiza la progresión de la enfermedad, por lo que se sugiere que sea parte del tratamiento multidisciplinar en casos moderados a graves.
En estudio de fase 3 con pacientes infectados con VIH-1 multirresistente, el anticuerpo monoclonal más una terapia de fondo optimizada reduce significativamente la carga viral.
La reducción del peso y un menor contenido graso puede revertir los procesos subyacentes a la diabetes tipo 2, lo cual depende de la capacidad de recuperación de las células beta pancreáticas.
Según las recomendaciones, la terapia triple de primera línea -claritromicina, amoxicilina e IBP- debe confinarse a pacientes sin antecedentes de exposición a macrólidos.
La bacteria Enterococcus faecium, resistente a múltiples fármacos, se está volviendo cada vez menos sensible a alcoholes comúnmente utilizados en el entorno hospitalario.
Con base en el cambio de peso, glucemia y edad al inicio de diabetes, se validó un método para determinar el riesgo de este carcinoma en individuos con diabetes de nuevo comienzo.