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HIPERTENSIÓN / 2016 / VOL. 21

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significativa. Como se muestra en la figura 1, muchas veces es difícil asegurar que la existencia

de una EAAR sea la causa de la HTA, ya que estos pacientes, con elevado riesgo cardiovascular,

tienen otros factores de riesgo, como diabetes mellitus, dislipidemia, tabaquismo, etc., que pueden

explicar la ateroesclerosis del territorio micro y macro vascular renal, y cuya corrección mediante

revascularización quirúrgica o endovascular no afectará el curso de la HTA ni el deterioro progresivo

de la función renal.

Prevalencia de EAAR en distintos escenarios

Tabla Nº 1

Autor

Escenario

Prevalencia

Holley y col.

13

Serie de autopsias: EAAR > 50% en:

Pacientes hipertensos

Pacientes normotensos

56,4 %

10,1 %

Hansen y col.

14

Ecodoppler renal en mayores 65 años, estenosis > 60%

6,8 %

De Mast y col.

15

Angiografía renal durante coronariografía

Angiografía renal durante angiografía extremidades

10.5 – 17.8%

25.3%

Kuczera y col.

16

Pacientes con HTA resistente a tratamiento

22%

Davis et al.

17

Pacientes con retinopatía hipertensiva grado III o IV

23%

De Mast y col.

15

Pacientes con insuficiencia renal crónica

Pacientes con hipertensión aguda, grave o refractaria

12 – 40%

10% y el 40%

Estenosis de arteria renal ateroesclerótica. ¿Causa o consecuencia de la hipertensión arterial?

Figura Nº 1

La estenosis de la arteria renal, si es hemodinámicamente significativa, podría provocar isquemia y estimular la activación del sistema RAA,

pero también es posible que la EAAR se desarrolle en un paciente con otros factores de riesgo cardiovascular, entre ellos, HTA de larga

data, y sea la consecuencia, y no la causa de la HTA.