

noviembre
2015.
Volumen
14
-
N
°
62
por Eduardo Welch Valdemar, Rodrigo Cassorla
Golugoff, RubénGamboa y laparticipaciónde laDra.
Jimena Guerrero (Bacterióloga). Tal era su grado de
compromiso con la Pediatría y salud del niño, que
no tuvo “tiempo para formar una familia”, aunque
como buen italiano estuvo siempre rodeado
por sus familiares de la colonia.
Ya en esta etapa, a mediados de la década de
1970
, se estaba planificando el pronto traslado al
nuevo hospital, con una Unidad de Enfermedades
Infecciosas en que su perfil patológico y
epidemiológico había sufrido profundos cambios.
La desaparición de algunas enfermedades
infectocontagiosas (viruela, poliomielitis), la
disminución y pronta desaparición del sarampión,
difteria. La modificación del comportamiento de
las meningitis, con diagnóstico más oportuno,
terapias más modernas, aparición de las nuevas
penicilinas semi sintéticas, cefalosporinas de
tercera generación.
Todo esto y mucho más hacía sospechar profundos
cambios en la Unidad, se presumía la disminución
y desaparición de sus camas, atención ambulatoria
y su rol de interconsultores en los servicios clínicos.
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