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Abril
2011.
Volumen
10
-
N
°
44
es más promisorio el uso de anticuerpos
monoclonales de origen murino humanizado,
que se administra por vía intramuscular,
disponible desde hace varios años en Chile.
Todo lo anterior ha contribuido a la imperiosa
necesidad de mejorar la capacidad diagnóstica
virológica, tanto en las infecciones respiratorias
como en las que comprometen otros sistemas,
primordialmente digestivo y neurológico al
menos en el paciente pediátrico.
Los esfuerzos iniciales en diagnóstico virológico
estaban orientados a las técnicas serológicas
en búsqueda de la seroconversión, más lentas
en su procesamiento y de un valor menos
predictivo, lo que proporcionaba una información
etiológica alejada del evento mórbido, de
utilidad epidemiológica. Sin embargo tuvieron
el valor del aprendizaje y conocimiento de la
patología viral y su comportamiento clínico.
Al mismo tiempo ha habido importantes
esfuerzos en la investigación clínica para lograr
vacunas antivirales específicas, persistiendo
aún importantes dificultades particularmente
en adenovirus y virus respiratorio sincitial,
dada su morbimortalidad.
El avance en el diagnóstico inmunológico a
través de técnicas de inmunofluorescencia
inicialmente indirecta (IFI), permitió mejorar
la capacidad diagnóstica, aunque su lento
procesamiento y el periodo de espera del
resultado limitó la oportunidad diagnóstica
que permitiera evitar el uso de antibióticos e
incluso corticoides. Inicialmente los pacientes
que ameritaban IFI eran sugeridos por los
especialistas broncopulmonares de acuerdo
a un estricto criterio de selección, lo que se
tradujo en un muy buen rendimiento de la
técnica de examen. La necesidad de lograr mayor
capacidad diagnóstica y el cambio de técnica
a Inmunofluorescencia Directa (IFD) se tradujo
en mejor oportunidad diagnóstica, logrando
incluso los resultados en el mismo día, e incluso
dos veces al día en “Campaña de Invierno”,
pero la masificación del examen se tradujo en
disminución de la positividad. En los distintos
hospitales y clínicas, los resultados derivados
de la IFD no eran comparables. Muchas veces
en las consultas privadas se pedía IFD sólo cuando
se sospechaba Adenovirus. Algunos centros
universitarios y particularmente la Universidad
Católica establecieron Centros Centinela, con
la colaboración del Ministerio de Salud
(MINSAL), lo que permitió reconocer mejor el
comportamiento de las infecciones respiratorias
virales tanto en niños como en adultos y
la demostración de positividad en VRS en
niños mayores incluso adultos, lo que tiene
importancia en la cadena de transmisibilidad de
este agente (particularmente hacia prematuros).
La incorporación del test de ELISA para VRS,
permitió mejorar la sensibilidad y acelerar la
entrega de resultado, sin embargo su mayor
costo limitó las posibilidades de muchos
centros hospitalarios.
En la actualidad, la detección del genoma viral
ha favorecido la precocidad del diagnóstico
etiológico, presionado ello además por la
epidemia de Influenza AH1N1 observada a
inicios del
2009
y que causó alarma pública
mundial, derivado ello de las trágicas
experiencias de los años
1918
(gripe española,
responsable de
20
a
40
millones de muertos,
de los cuales al menos
23.789
fueron en Chile),
1957
(gripe asiática Influenza AH2N2, con muerte