Estas intervenciones muestran un potencial para mejorar los síntomas depresivos y los problemas conductuales en personas con la enfermedad, convirtiéndose así en una alternativa prometedora en la atención geriátrica.
Esta técnica, combinada con terapias adicionales como la metformina, puede mejorar parámetros hormonales, metabólicos y de peso corporal en pacientes que sufren esta condición.
Medicamentos como las anfetaminas y el metilfenidato producen, en general, efectos leves a corto plazo en la PA y las pulsaciones en niños y adultos. Sin embargo, su monitoreo es crucial para las intervenciones farmacológicas.
Los edulcorantes no calóricos parecen estimular el flujo sanguíneo en el hipotálamo y aumentar la sensación de hambre en comparación con el azúcar común.
Esta revisión proporciona una visión actualizada sobre su diagnóstico y tratamiento, destacando la necesidad de una evaluación rigurosa y un enfoque terapéutico adecuado para mejorar la salud de quienes la padecen.
La exposición diaria a estos dispositivos antes de dormir, se vincula con una disminución de la calidad del sueño y cerca de 50 minutos menos de descanso semanal, afectando más a las personas con cronotipo nocturno.
A pesar de las expectativas sobre la suplementación para proteger contra estas enfermedades, un reciente metaanálisis revela que no hay evidencia concluyente de su efectividad.
Una mayor carga de estos se asocia con deterioro cognitivo y conductual. Aunque la terapia hormonal puede aliviar algunos síntomas conductuales, no tiene un efecto en el rendimiento cognitivo.
Tezepelumab reduce significativamente el tamaño de los pólipos nasales y los síntomas asociados, además de disminuir la necesidad de cirugía y de glucocorticoides sistémicos.
Aumentar la actividad física tras la operación puede ser clave para mejorar la supervivencia libre de progresión en el subtipo triple negativo, según este estudio preclínico.