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buen marcador de obesidad central y predictor

de SAOS

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. Nuestro estudio encontró que el perí-

metro de cuello fue consistentemente asociado al

riesgo de SAOS medido mediante los cuestiona-

rios de Epworth y Berlín, lo que se correlaciona

bien con resultados de otros estudios donde

identificaron mayor riesgo para SAOS si dicho

parámetro fue mayor de 40 cm en varones y 38

cm en mujeres

5

. El perímetro abdominal es otro

buen marcador de obesidad. En nuestro estudio

se encontró, de manera similar al perímetro de

cuello, que la circunferencia abdominal fue otro

de los parámetros consistentemente asociado al

riesgo de SAOS. Estos resultados son similares

a los descritos por Uribe y cols.

23

. Cabe resaltar

que tanto el IMC, perímetro de cuello como la

circunferencia abdominal son parámetros que

pueden ser fácilmente evaluados en la práctica

clínica por lo que su alteración en pacientes con

ronquido habitual podría considerarse un criterio

para la realización de un estudio de sueño.

Además de las asociaciones descritas, diversos

estudios han mostrado que el SAOS se asocia

a mala calidad de vida, accidentes vehicula-

res, accidentes laborales e incluso domésticos,

síndromes depresivos y ansiedad; además de

hipertensión arterial sistémica, cardiopatías isqué-

micas, arritmias y patología cerebrovascular

24-27

,

por lo cual consideramos que los hallazgos de

nuestro estudio implican la necesidad de realizar

el despistaje de esta condición en todo paciente

roncador que acuda a la consulta médica.

Entre las limitaciones del estudio, debemos

mencionar que el porcentaje de pérdidas de

participantes por fichas de recolección de datos

incompletas fue de 3,7%, que representa una

pequeña cifra y no consideramos que invalide

los resultados del estudio. Por otro lado, nuestros

hallazgos al ser procedentes de un solo centro de

referencia no son generalizables a la población

general o a pacientes atendidos en hospitales o

centros de salud de menores niveles de atención.

Por otro lado, el tamaño muestral podría no ser

suficiente para la evaluación de asociaciones de

magnitud relativamente menor. Otra limitación

puede ser el no contar con la descripción detalla-

da de las condiciones clínicas motivo de consulta

en adición al ronquido. Finalmente, al no ser un

estudio ciego, puede existir el riesgo de sesgo en

las mediciones y resultados de los cuestionarios.

Pese a las limitaciones descritas, consideramos

que nuestro estudio brinda información valiosa

que evidencia la magnitud del problema de riesgo

de SAOS entre roncadores habituales.

Aquellos pacientes que presentan moderado

y alto riesgo de SAOS deberían ser sometidos a

pruebas confirmatorias, idealmente la polisomno-

grafía, pero también se pueden realizar estudios

simplificados con polígrafos respiratorios los que

han sido validados como herramienta diagnóstica

y para la titulación de CPAP en pacientes con

alto riesgo de SAOS o en casos de escenarios de

recursos limitados incluso oxímetros nocturnos

(pese a que su utilidad para el manejo de SAOS

no ha sido demostrada)

28-31

. Los estudios simpli-

ficados, utilizados en los pacientes apropiados,

pueden permitir priorizar la realización de la

polisomnografía en quienes exista duda diagnós-

tica. Finalmente consideramos necesario realizar

estudios en el Perú y Latinoamérica que evalúen

la capacidad diagnóstica de las escalas SACS,

Epworth y Berlín utilizando la polisomnografía

como estándar de referencia, para determinar cuál

de ellas podría ser aplicada como mejor sistema

de tamizaje inicial para la pesquisa de SAOS en

pacientes roncadores. La elección de la mejor

prueba de tamizaje es especialmente importante

dado el alto costo y dificultad para realización de

estudios polisommnográficos.

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