

capítulo 3: Nutrición
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niño emocionalmente. El niño obeso tiene con frecuencia una autoestima baja, poca tolerancia a
la frustración, tendencia al aislamiento y un mayor riesgo de depresión, por lo que muchas veces
es necesario el apoyo psicológico del niño y familia.
Objetivos del plan de alimentación
a) Adecuación calórica para alcanzar peso adecuado para la talla, al mismo tiempo que se man-
tiene crecimiento y desarrollo normal para la edad.
b) Mejorar calidad de alimentos para obtener saciedad, lograr adherencia y prevenir futuras
complicaciones: fibra, frutas y verduras, alimentos preparados sobre los procesados.
c) Reeducación alimentaria, buscando cambio de hábitos y modificación de conductas del niño
y su familia: horarios de alimentación, evitar distractores y consumos de bebidas azucaradas.
d) Asegurar que estas modificaciones nutricionales se den en un contexto de otros aspectos de
vida saludable: actividad física apropiada, vida en familia, evitar adicciones (tabaco, alcohol,
drogas), horario de sueño suficiente y evitar sedentarismo.
Requerimientos
Valor calórico total (VCT):
Determinado para el peso adecuado según la talla y edad del niño,
respecto de recomendaciones dadas por la FAO/OMS.
Hidratos de carbono: 50%-55% del VCT, proteínas: 15%-20% del VCT, lípidos: 30% del
VCT con una distribución de 10% de grasas saturadas, 10% de grasas monoinsaturadas y 10%
poliinsaturadas; si existe hipercolesterolemia, además, restringir a un máximo de 300 mg/día de
colesterol.
Características del plan de alimentación
Físicas:
Consistencia habitual, que exija masticación y proporcione saciedad; temperatura
habitual, preferentemente calientes; rica en residuos, mediante incorporación de fibra; volumen
fraccionado en raciones frecuentes (mínimo 4 por día); densidad calórica baja, alcanzando un valor
< a 0,7 aumentando el consumo de frutas y verduras.
Químicas:
Sabores y aromas varados para mejorar aceptación; normo a hiperpurínico para
aumentar saciedad y palatibilidad; inicialmente normosódico ya que la hipertensión, si existe,
responde a la pérdida de peso, incluso moderada. Preferir aquellos de índice glicémico bajo.
Selección de los alimentos:
Realizar educación alimentaria adaptada a edad del paciente y
características educacionales y sociales de su entorno familiar.
Recomendaciones generales
Fraccionar la dieta en varias comidas (2 colaciones de no más de 100 a 150 cal); no comer
entre comidas (“picoteos”); preparar platos en la cocina y no disponer la fuente en la mesa;
la alimentación debe efectuarse en un ambiente sin distractores (televisor); masticar despacio,
saboreando la comida; sentado a la mesa, no de pie o realizando otra actividad; disminuir el
consumo de azúcares simples y grasas; promover comidas de gran volumen y escaso contenido
calórico (ensaladas); recortar la grasa visible de las carnes; aumentar el consumo de fibra; en lo
posible, que la dieta sea cumplida por todos los miembros de la familia, sobre todo si también
son obesos. Si en alguna oportunidad se transgrede la dieta, no utilizar ésto como excusa para
abandonarla y recompensar la pérdida de peso con algo que no sea comida (paseos, ir al cine,
andar en bicicleta).
Durante el seguimiento evaluar expectativas del niño y familia respecto al peso. Del análisis
particular (edad, grado de obesidad, presencia de comorbilidades o factores de riesgo, anteceden-
tes familiares) puede considerarse un resultado positivo o satisfactorio del tratamiento cuando el
niño mantiene el peso si no hay presencia de comorbilidades, y como éxito una baja de al menos
entre un 5 a 10% del peso si las hay. No desalentar al niño y su familia para mantener adhesión
terapéutica.