En mujeres con sobrepeso u obesidad, la intervención para disminuir la ingesta de alimentos elevados en lípidos se vincula con una menor tasa de aparición de esta agresiva neoplasia.
Debido a la existencia de un biorritmo clínicamente relevante para la tolerancia a la cardiopatía isquémica, la consideración del momento de una cirugía podría mejorar los resultados en pacientes intervenidos por la tarde.
Su uso combinado reduce la afección de extremidades de manera similar que los analgésicos opiáceos en pacientes que sufren torceduras o fracturas.
Vectores adenovirales que portan un gen necesario para la síntesis de neurotransmisores otorgan mejoras significativas en pruebas motoras, mantenidas hasta 12 meses después del tratamiento.
Tras el diagnóstico, una dieta rica en este alimento reduce la probabilidad de fallecer por causas generales y debidas a la neoplasia.
Reducir la ingesta de alimentos procesados e incorporar fruta, verdura y granos integrales confiere un beneficio significativo sobre la fortaleza y el rendimiento físico durante la vejez.
Prolongar esta alimentación de forma parcial o exclusiva por más de dos meses resulta en una reducción significativa del riesgo de mortalidad infantil.
El tratamiento basado en un vector adenoviral prolonga la vida de los afectados y mejora considerablemente su función motora.
Mujeres mayores sometidas la intervención exhiben menor riesgo de mortalidad por causas generales y específicas tales como cáncer y problemas vasculares.
Pacientes que se someten a este procedimiento pasado las 9 de la noche, tienen un riesgo más elevado de desarrollar morbilidad en comparación a quienes son operados más temprano.