En pacientes de riesgo cardiovascular que reciben metformina, los agonistas del péptido similar al glucagón-1 e inhibidores del SGLT-2 tienen un efecto y seguridad favorables.
Una estrategia enfocada en los síntomas puede limitar el sobreuso de pruebas de laboratorio, minimizar la transmisión viral y acortar el excesivo aislamiento de pacientes recuperados.
Estos resultados destacan los retos diagnósticos de las infecciones odontogénicas agudas y la necesidad de su tratamiento inmediato para evitar demoras de atención y sobrecarga hospitalaria.
Pacientes glaucomatosos con daño macular experimentan una deficiente capacidad de distinguir rostros, impedimento en parte mediado por una disminución de la sensibilidad al contraste.
La ausencia de eventos adversos graves a dosis inferiores y la inducción de la respuesta humoral en los vacunados apoya el avance de esta formulación a ensayos clínicos de etapas avanzadas.
La incidencia de la patología neurodegenerativa es mayor en adultos que han tenido la infección, por lo que se sugiere un monitoreo de signos motores en estos pacientes.
Su uso aislado o adyuvante ofrecería una mejora en parámetros relacionados con la depresión. Sin embargo, aún faltan pruebas para apoyar o refutar su administración en la práctica clínica.
Estudio de base poblacional muestra que solo 5% de los españoles genera anticuerpos tras la infección, incluso considerando zonas críticas de contagio.
En una cohorte con requerimiento de ventilación mecánica por COVID-19, la administración del anticuerpo se asocia con mejor supervivencia, pese a la mayor incidencia de superinfecciones.
Pese a su alta prevalencia, existen factores que disminuyen la angustia psicológica: el acceso a información sanitaria precisa junto con medidas de protección individual.