NEUMOLOGÍA PEDIÁTRICA

C o n t e n i d o d i s p o n i b l e e n h t t p : / / www. n e umo l o g i a - p e d i a t r i c a . cl 135 Aspectos nutricionales de las enfermedades respiratorias crónicas de la infancia Neumol Pediatr 2019; 14 (3): 131 - 137 Bronquiolitis obliterante postinfecciosa (BOPI). Un estudio brasileño muestra altos porcentajes de desnutrición y riesgo de desnutrición entre los pacientes con BOPI considerando los parámetros peso para la edad y talla para la edad, con evidencia de menor compromiso cuando se utiliza peso para la talla, lo que podría indicar la extensión en el tiempo de la afectación nutricional [24]. En el mismo estudio, el análisis de la composición corporal detectó pacientes con bajas reservas musculares (51% de los pacientes), con compartimento graso conservado. Asimismo, no hubo asociación entre la espirometría y las variables nutricionales [24]. Respecto al apoyo nutricional, mantener un soporte nutricional adecuado es indispensable. Los pacientes con BOPI tienen un mayor gasto calórico debido al compromiso respiratorio, y un adecuado soporte nutricional podría mejorar la eficacia de la musculatura respiratoria [28]. Asma bronquial. El asma es una de las enfermedades crónicas más comunes de los niños. Su incidencia ha aumentado en las últimas décadas. El aumento paralelo en la prevalencia de la obesidad y el asma en las últimas décadas ha aumentado la preocupación sobre la relación entre ambas patologías [29]. Diversas hipótesis plantean una relación para explicar el aumento del asma en la infancia: desde la ingesta deficitaria de ciertos nutrientes, como la vitamina D, el magnesio, los alimentos ricos en antioxidantes [29], el aumento de alimentos con ácidos poliinsaturados del tipo n-6 y la menor adherencia a la dieta mediterránea [35]. También se ha relacionado con la desnutrición intrauterina. Probablemente dietas maternas ricas en antioxidantes (incluyendo zinc y selenio), así como con una relación más favorable hacia los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga del tipo n-3 (AGPICL n-3), respecto de aquellos de tipo n-6 (AGPICL n-6), sea beneficiosa para la prevención del asma [29]. Esto se debe a que los AGPICL n-3 derivan en eicosanoides que poseen efectos antiinflamatorios directos y los AGPICL n-6 dan origen a los principales eicosanoides de las vías proinflamatorias [30]. Un metanálisis reciente concluyó que un índice de masa corporal elevado (IMC, calculado en kg/m2) durante la infancia, se asocia con un aumento estadísticamente significativo en el riesgo relativo de asma [31], y esta asociación es independiente de los factores socioeconómicos y la etnicidad [32]. Varios estudios recientes también demostraron que la adherencia a una dieta mediterránea (Tabla 3) también se asociaba con un menor riesgo de síntomas de asma en los niños [32]: un estudio transversal con 700 niños griegos demostró que una mayor adherencia a una dieta mediterránea se asoció inversamente de forma significativa con sibilancias, sibilancias con ejercicio, diagnóstico de asma o cualquier síntoma de asma [33]. La ingesta de alimentos con ciertos micronutrientes podría ser beneficiosa para un curso más favorable del asma; en este sentido se incluyen algunas vitaminas como la cianocobalamina (vitamina B12), piridoxina (vitamina B6) y calciferol (vitamina D), así como minerales como el zinc, el selenio y el magnesio. Otros factores involucrados en los pacientes asmáticos, como alergias a los alimentos, reflujo gastroesofágico y posibles interacciones entre alimentos y medicamentos, contribuyen a agravar sus síntomas. Un tema importante es la preparación de los alimentos: por ejemplo, los antioxidantes de los vegetales pierden gran parte de sus propiedades si se hierven. Si bien puede ser beneficioso buscar deficiencias de micronutrientes e intervenir con un suplemento individual, puede ser más efectivo cuando se toma este suplemento junto con otros y se los incorpora con una dieta de alimentos integrales más saludable. La investigación adicional en este campo debe continuar pues posee el potencial de una intervención no farmacológica significativa que podría agregarse a la terapia actual para el asma y obtener buenos resultados [29]. Frecuencia Tipo de alimentos Raciones diarias Agua 5 (vasos) En cada comida Frutas Verduras: variedad de colores/texturas, cocidas/crudas Aceite de oliva Pan/Pasta/Arroz/Cuscús/Otros cereales/Patatas (preferiblemente integrales) 1-2 ≥ 2 1-2 Diario Derivados lácteos (preferiblemente bajos en grasa) Aceitunas/Frutos secos/Semillas Hierbas/Especias/Ajo/Cebolla (menos sal añadida) Variedad de aromas Legumbres 2 1-2 Semanal Carne blanca Pescado/Marisco Huevos Carnes rojas Carnes procesadas Dulces 2 ≥ 2 2-4 < 2 ≤ 1 < 2 Tabla 3. Características de la dieta mediterránea. Adaptado de: Serra-Majem L., Ortiz-Andrellucchi A.: La dieta mediterránea como ejemplo de una alimentación y nutrición sostenibles: enfoque multidisciplinar. Nutr Hosp 2018; 35 (Supl 4): 96-101.

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