NEUMOLOGÍA PEDIÁTRICA
Neumol Pediatr 2020; 15 (2): 293 - 300 C o n t e n i d o d i s p o n i b l e e n h t t p : / / www. n e umo l o g i a - p e d i a t r i c a . cl 296 Nuevo coronavirus (CoVID-19) en población general y pediátrica: una revisión epidemiológico. Chile 2020 de salud . Si bien, aún no se cuenta con cifras definitivas, se estima que, tanto los brotes observados en China como en la mayor parte de los países de Europa, tuvieron valores de R(0) superiores a 2, lo que implica que las medidas mundiales han hecho muy poco efecto sobre la capacidad de dispersión del virus(15,19,20). DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES Con todo lo expuesto, se puede concluir que la Pandemia por SARS Cov-2, nos plantea un escenario epidemiológico que debe ser combatido con medidas esenciales. La eficacia de las intervenciones no farmacológicas implementadas en todo el globo, varía según la oportunidad y precocidad con que se hayan ejecutado. El testeo masivo y las intervenciones focalizadas en los individuos infectantes, hasta ahora han formado la pieza central de los esfuerzos de control en algunos lugares, como Singapur y Hong Kong(21). Muchos otros países están adoptando medidas de "distanciamiento social" o "distanciamiento físico", cerrando escuelas y lugares de trabajo y limitando el tamaño de las reuniones. El objetivo de estas estrategias es reducir la intensidad máxima de la epidemia ("aplanar la curva")(21), reducir el riesgo de abrumar los sistemas de salud y ganar tiempo para desarrollar tratamientos y vacunas(22). Para que el distanciamiento social haya revertido la epidemia en China, el número de reproducción efectiva debe haber disminuido al menos en un 50-60%, suponiendo un valor de referencia R0 entre 2 y 2.5 (21). Mediante medidas de control intensivo, Shenzhen pudo reducir el número de reproducción efectiva en un 85% estimado(23). Es posible que las medidas de distanciamiento social deban durar meses para controlar efectivamente la transmisión y mitigar la posibilidad de resurgimiento(24). Con respecto a las medidas de control adoptadas en la población pediátrica, se realizó una revisión sistemática para identificar que se conoce respecto de la efectividad del cierre escolar y otras medidas de distanciamiento social escolar durante brotes de coronavirus. Se incluyeron un total de 9 estudios. Ninguno de estos, a excepción de los estudios de modelamiento, fue diseñado para evaluar específicamente medidas de distanciamiento escolar, por lo que la calidad de la evidencia es baja. Datos provenientes de brotes de SARS en China, Hong Kong y Singapur, sugieren que la transmisión escolar no juega un rol importante en el brote y medidas como el cierre escolar o control de temperatura, no contribuyen al control de la infección. No obstante, un estudio de modelamiento en población británica específicamente diseñado para evaluar medidas de distanciamiento social escolar, estimó que un escenario de cierre escolar completo y de un 25% de las universidades, era capaz de reducir entre un 2 – 4% el total de muertes. El aislamiento individual fue la medida única más importante y la mejor, la combinación de ambas estrategias(21,25). También parece justo decir que el comportamiento individual juega un rol crucial para controlar la propagación del SARS Cov-2. El autoaislamiento temprano, búsqueda de asistencia médica remota a menos que los síntomas sean severos y el distanciamiento social depende en gran parte de la ciudadanía(21). Aquello parece uno de los factores claves que explicarían la distribución desigual de la enfermedad a lo largo del territorio nacional. En consecuencia, los gobiernos deben vigilar posibles focos de transmisión y entregar las condiciones para facilitar el aislamiento efectivo de casos. Otra problemática a considerar en esta discusión es la transmisión intrahospitalaria del SARS Cov-2, que se ha reportado aún mayor que lo observado en anteriores brotes de coronavirus como fueron el Síndrome respiratorio agudo grave (SARS) de 2002 y el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS), afectando particularmente al personal médico. Un reciente estudio retrospectivo indicó que un total de 1716 trabajadores de la salud estaban infectados, lo que representa el 3.84% del total de casos. Las infecciones nosocomiales del personal de salud agobiaron en gran medida el sistema de salud e impidieron que los pacientes con infección temprana recibieran asistencia médica inmediata, lo que resultó en una alta tasa de letalidad en Wuhan(12,26). La evidencia sugiere que la falta de equipo de protección personal (EPP) y/o equipamientos inadecuados sería una de las principales causa de muerte por SARS Cov-2 entre los trabajadores de la salud(27). Mirando hacia el futuro, algunos estudios ya señalan que habrán brotes estacionales recurrentes de SARS-CoV-2 durante el invierno, por lo que, de no existir nuevas medidas terapéuticas eficientes como una vacuna, podrá ser necesario aplicar medidas de distanciamiento social prolongado o intermitente en 2021, para evitar que se excedan las capacidades de atención crítica(22). No cabe duda que la detección de casos y la reducción de contacto han demostrado ser altamente eficaz si se inician precozmente, impidiendo una mayor propagación. Para ello, contar con un sistema de vigilancia eficiente, con cobertura nacional y gestión centralizada, es clave. Esto también implica necesariamente, una comunicación efectiva tanto a nivel de entidades sanitarias, como para con la ciudadanía. Así, las estrategias deben prepararse, adoptarse y ajustarse de manera que se pueda minimizar los impactos sanitarios, sociales y económicos en las regiones afectadas alrededor del Mundo. Asimismo, urge que las autoridades locales, se aseguren de entregar las medidas de protección adecuadas al personal de salud, para evitar que éstos enfermen, situación que podría incrementar el progreso de la pandemia. Finalmente, sería importante recalcar la urgencia con la que se necesitan estudios serológicos longitudinales para determinar el alcance y la duración de la inmunidad al SARS- CoV-2. Incluso en el caso de una eliminación aparente, la vigilancia del SARS-CoV-2 debe mantenerse ya que un resurgimiento del contagio podría ser posible hasta 2024(22). Los autores declaran no tener conflictos de interés
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