Boletín HCSBA

mayo 2019. Volumen 18 - N ° 75 15 comparación a temperatura máxima (T MAX ) y recuento de leucocitos (WBC) en un total de 75 pacientes. A través de los resultados, establecieron un área bajo la curva ROC de 0.83 para valores sobre 1.28 ng/ml, con sensibilidad de 82 % y especificidad de 85 %, versus 0.56 y 0.58 de T MAX y WBC, respectivamente. Los valores en promedio de los pacientes infectados fue 6.48 ( 2.32 - 12.21 ), y el de los pacientes no infectados fue 0.23 ( 0.1 - 1.09 ). En los recién nacidos de término y pretérmino, se ha encontrado niveles de PCT normalmente elevados dentro de las primeros 2 a 4 días de vida, además también se encuentran niveles elevados en condiciones no fisiológicas como presencia de hemorragia intracraneal y encefalopatía hipóxico- isquémica. Debido a esto, su utilidad para el diagnóstico de sepsis neonatal precoz es materia de continuo debate. En un estudio realizado en Chile el año 2012 en recién nacidos de muy bajo peso al nacer (< 1000 gr) con sepsis neonatal tardía tratada empíricamente, se observó que los pacientes con hemocultivos positivos presentaban niveles de PCT más elevados, mientras que los niveles de PCR y recuento de leucocitos no presentaban diferencias significativas. A pesar de algunas limitaciones del estudio, los resultados sugieren que el uso de PCT constituye un avance en el uso racional de antimicrobianos en las unidades críticas neonatales. Los pacientes oncológicos que cursan con neutropenia febril representan también un gran desafío cuando se trata de identificar enfermedades bacterianas invasoras, y poder diferenciarlas de otras causas de fiebre como síndrome hemofagocítico, fiebre de origen neoplásico, síndrome post injerto en trasplante de células hematopoyéticas, etc. En un metaanálisis realizado en 2012 PCT tuvo un rendimiento diagnóstico similar a PCR, superado ampliamente por otros biomarcadores, como interleukina-6 o interleukina-8 en esta población. El síndrome febril sin foco aparente en los niños representa un gran desafío para los pediatras. Distinguir a los niños con infección bacteriana grave de aquellos con virus o cuadros autolimitados puede ser complejo. La evaluación anamnéstica y el examen físico por sí solos tienen un valor predictivo pobre, especialmente en niños de menor edad. Por lo tanto, es necesario utilizar marcadores que ayuden en la toma de decisiones relacionadas a cobertura antimicrobiana empírica. Se han estudiado ampliamente varios biomarcadores inflamatorios, incluida la proteína C reactiva, el recuento de glóbulos blancos, el recuento absoluto de neutrófilos y la velocidad de eritrosedimentación. Sin embargo, no se ha demostrado que ningún marcador sea lo suficientemente sensible o específico como para confirmar o descartar de manera definitiva la infección bacteriana grave. Un meta-análisis evaluó el valor predictivo de los niveles de procalcitonina para diagnosticar infecciones bacterianas con y sin bacteriemia, en un total de 7.260 pacientes que consultaron en urgencias con historia de fiebre sin foco detectable en la evaluación clínica. Se encontró que con un punto de corte de 0,5 ng/dl la sensibilidad y especificidad de PCT fue de 82 % y 86% respectivamente para infecciones asociadas a bacteriemia; para infecciones bacterianas sin bacteriemia la sensibilidad y especificidad fue de 52 % y 85 % respectivamente.

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