. TEMA 1 . ATRESIA DE ESÓFAGO: ACTUALIZACIÓN, PROGRESOS Y OPTIMIZACIÓN DE RESULTADOS. Dra. Carolina Donoso. Cirujano Pediátrico-Neonatal. HCSBA. I.- INTRODUCCIÓN La atresia de esófago se define como la falta de continuidad del lumen del esófago. Es de espectro variable pudiendo o no haber comunicación con la vía aérea, sin embargo, en la mayoría de los casos la atresia se asocia con la existencia de una comunicación con la tráquea a través de una fístula que se denomina fístula traqueo-esofágica (FTE). II.- HISTORIA DE LA ENFERMEDAD Las primeras descripciones de la enfermedad datan de 1670, en que se describe la falta de continuidad del esófago en unos siameses, para luego descubrir en 1697 la asociación con una fístula traqueoesofágica (Th. Gibson). En esta época la enfermedad era incompatible con la vida y significaba un diagnóstico lapidario para estos recién nacidos. Pasaron muchas décadas y varios cirujanos intentaron la solución y sobrevivencia de estos niños, sin éxito, hasta que en 1941 el cirujano norteamericano Cameron Haight logra la primera sobrevida con una anastomosis esofágica termino -terminal, mediante una toracotomía. De ahí en adelante, múltiples avances y progresos han permitido mejorar sustancialmente su pronóstico, siendo en la actualidad una malformación congénita mayor, que con tratamiento quirúrgico y multidisciplinario puede tener excelentes resultados tanto en sobrevida como del manejo de sus secuelas. III.- CLASIFICACIÓN ANATÓMICA Debido al amplio espectro de alteraciones anatómicas en relación al esófago y la tráquea es que se han postulado diversas clasificaciones anatómicas. La clasificación de Vogt (1829), modificada por Ladd (1944) y luego por Gross en 1953 es la más utilizada. Todas estas clasificaciones se centran en si la atresia de esófago tiene o no la presencia de una fístula, cuál es su localización y si posee una o dos fístulas (Fig.1). La importancia de la clasificación anatómica radica en que las atresias con fístula distal (tipo III y IV) tienen mayor morbilidad respiratoria y por ende su manejo intensivo respiratorio es muy relevante, además de tener el riesgo potencial de hiperinsuflación gástrica; siendo así prioritario el cierre de la fístula. Mientras que las atresias sin fístula distal (tipo I y II) no tienen esta comunicación aéreo-digestiva, pero tienen el desafío en que la distancia entre los cabos esofágicos es mayor, atresias llamadas Long Gap; y la cirugía de anastomosis esofágica se vuelve mucho más exigente. 06 diciembre 2023. Volumen 22 - N°84 Fig. 1: Clasificación anatómica de Gross Tipo I: AE sin fístulas (7-9%) Tipo II: AE con fístula TE proximal (1%) Tipo III: AE con fístula distal (75-89%) Tipo IV: AE con fístula proximal y distal (1-2%) Tipo V: Fístula TE sin atresia (3,5%) Tipo I Tipo II Tipo III Tipo IV Tipo V
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