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28 Abril 2025

Menopausia activa, mente en calma

El ejercicio físico se presenta como una alternativa accesible y eficaz para abordar la depresión y mejorar la salud mental de mujeres que entran a esta etapa.

El cese de la menstruación constituye una fase natural en la vida, marcando el final de la etapa reproductiva. Este proceso implica una serie de cambios físicos como emocionales, derivados principalmente por la reducción de hormonas como los estrógenos y la progesterona. Durante este tiempo, es común que se presenten alteraciones en el estado de ánimo, afectando aproximadamente a una de cada tres mujeres, donde la depresión representa un 20% [1].

Se ha observado que la frecuencia de esta afección en la menopausia es mayor que en personas premenopáusicas, y que el riesgo aumenta a medida que avanza la transición [2].

Si bien la terapia hormonal es eficaz en la mejora de los síntomas depresivos durante la menopausia —ya que ayuda a restablecer los niveles de estrógeno y actúa sobre distintos neurotransmisores involucrados en la regulación del ánimo— [1], existe la posibilidad de explorar otras alternativas, como, por ejemplo, el deporte.

Así lo plantea un reciente metaanálisis publicado en Frontiers in Psychiatry, que sugiere que la actividad física no solo es beneficiosa para el cuerpo, sino también un antidepresivo poderoso y accesible en esta etapa de la vida.

Los autores evaluaron específicamente el impacto de diversos tipos de entrenamientos sobre la depresión y sus síntomas en mujeres menopáusicas. Concluyeron que tanto el ejercicio individual como en grupo, con o sin supervisión, mejoraba significativamente esta sintomatología. Las actividades consideraron caminatas, danza, pilates, ejercicios aeróbicos combinados con resistencia e, incluso, entrenamiento con cuerda para saltar [3].

Los efectos fueron más pronunciados en intervenciones de más de 12 semanas y bajo supervisión profesional. Actividades de baja intensidad, como el yoga, también mostraron beneficios relevantes. En términos de magnitud del efecto, el ejercicio logró reducir la intensidad y frecuencia de los síntomas depresivos en un 25-30% en comparación con los grupos de mujeres sedentarias [4].

Actividad física en la receta

En la publicación se detallan varios mecanismos biológicos que podrían explicar los beneficios observados: incremento en el flujo sanguíneo cerebral, aumento de serotonina y factor neurotrófico derivado del cerebro (de su sigla en inglés BDNF), y una disminución del estrés oxidativo y la inflamación sistémica. Estos apuntan a una modulación directa del sistema nervioso y de los procesos implicados en la depresión.

Además, citan estudios previos, como el de Schuch et al., que mostraban que personas activas físicamente tenían un 17% menos de probabilidad de desarrollar depresión [5].

Aquí se ofrece una base sólida para que los profesionales de la salud incluyan la recomendación de ejercicio como parte del tratamiento integral en la atención de mujeres menopáusicas propensas a la depresión. No se trata de reemplazar tratamientos convencionales, sino de sumar una intervención con alta adherencia, bajo costo y múltiples beneficios colaterales.

Si bien esta revisión sistemática reconoce algunas limitaciones —como la alta heterogeneidad entre las intervenciones, la calidad variable de ciertos ensayos controlados aleatorizados (RCT, por sus siglas en inglés) y el número reducido de estudios con muestras grandes— la consistencia de los efectos observados respalda su aplicabilidad clínica.

Considerando que la salud mental se posiciona como una prioridad global, este estudio posee su riqueza en la posibilidad de complementar las terapias existentes con una alternativa que está, literalmente, al alcance de los pies. Caminar, bailar o practicar yoga no solo son formas de moverse, también sanan.

Referencias:
[1] Sánchez-Prieto, Manuel, Domínguez-Osorio, Natanael A., Morillo-Sallent, Eugenia, Platón-Galofré, Clara, López-Sanclemente, Martha, & Sánchez-Borrego, Rafael. (2023). La relación entre la transición a la menopausia y los trastornos del estado de ánimo. Revista chilena de obstetricia y ginecología, 88(6), 382-388.
[2] Alblooshi, S., Taylor, M., & Gill, N. (2023). Does menopause elevate the risk for developing depression and anxiety? Results from a systematic review. Australasian psychiatry : bulletin of Royal Australian and New Zealand College of Psychiatrists, 31(2), 165–173.
[3] Liu, R., & Tang, X. (2024). Effect of leisure-time physical activity on depression and depressive symptoms in menopausal women: a systematic review and meta-analysis of randomized controlled trials. Frontiers in Psychiatry, 15, 1480623.
[4] Garatachea, N., & Baquedano, L. El ejercicio físico previene y frena la depresión en la menopausia, según una revisión de estudios. Ediciones EL PAÍS S.L. https://elpais.com/salud-y-bienestar/enformate/2025-04-19/el-ejercicio-fisico-previene-y-frena-la-depresion-en-la-menopausia-segun-una-revision-de-estudios.html
[5]  Schuch FB, Vancampfort D, Firth J, Rosenbaum S, Ward PB, Silva ES, et al. Actividad física y depresión incidente: Un metaanálisis de estudios de cohorte prospectivos. Am J Psychiatry . (2018) 175:631–48. 

Por María Ignacia Meyerholz