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24 Marzo 2025

Los riesgos ocultos del jugo de frutas

La interacción con medicamentos de estos puede resultar en efectos adversos potencialmente tóxicos. Una buena historia dietética, así como advertir y educar es fundamental.

Asociar la toma de medicamentos con algún hábito diario, como una comida, puede ser una buena estrategia para no olvidarlos. Especialmente, para los adultos mayores, que suelen estar polimedicados. Por la mañana, un jugo de fruta, un sándwich con queso y las pastillas del día son la mejor combinación para aumentar la adherencia [1, 2].

Con múltiples beneficios para la salud y un alto valor nutricional, estos se producen exprimiendo fruta fresca. Manzana, naranja, uva, arándano, cranberry, granada y pomelo son algunas de las opciones más populares para el desayuno [3]. Además de su sabor particular, este último ha demostrado ser una fuente rica en vitamina C, del grupo B, calcio, potasio y magnesio [2].

Las frutas también se componen de diversos compuestos bioactivos como los flavonoides, ácidos fenólicos, carotenoides, vitaminas y fitoestrógenos [4]. Dependiendo de su tipo, dosis o biodisponibilidad, pueden tener efectos positivos o negativos en la salud. Entre ellos, la capacidad de interferir en los procesos metabólicos [5] y en la interacción medicamentosa [4].

Una combinación peligrosa

De todos los jugos disponibles en el mercado, el de pomelo es el que más ha llamado el interés de la comunidad científica, médica y regulatoria. Son más de 85 los fármacos conocidos por tener alguna forma de interacción con este bebestible. La mitad de estos producen efectos adversos severos. Es el caso de la simvastatina, utilizada para disminuir los niveles de colesterol en la sangre. Junto con un vaso de jugo de pomelo, una tableta de este medicamento equivale a ingerir doce y aumenta el riesgo de dañar los músculos e hígado [3].

Los componentes específicos de este jugo -como la furanocumarina- pueden inhibir de manera irreversible la enzima CYP3A4 (citocromo P450), encargada de metabolizar aproximadamente el 50% de los fármacos. Solo cuatro horas después de la ingesta, los niveles de esta disminuyen hasta en un 47% y sus efectos podrían persistir al menos durante 24 horas en las células intestinales y del hígado. Si el consumo es regular, el impacto farmacocinético es aún mayor. Las consecuencias clínicas van desde un incremento asintomático de las concentraciones del medicamento, hasta la muerte [4, 6, 7].

Existen distintos factores que determinan la fuerza de interacción entre los jugos y fármacos. La primera, es la cantidad co-ingerida. Mientras mayor sea el volumen que se consuma, más alta será la concentración de inhibidor. Por ejemplo, la interacción del de manzana depende de la dosis, en el caso de la fexofenadina y atenolol. Otro factor relevante es el tiempo transcurrido entre el consumo del bebestible y la toma del medicamento. La variedad de la fruta, tipo de jugo, polimorfismo genético en la enzima o transportador y las variables antropométricas son otras de las condiciones [3].

Preguntar, advertir y educar

Varios de los efectos adversos producidos por la interacción medicamentosa del jugo se pueden evitar. Por esto, es importante tomar una cuidadosa historia dietética, advertir y educar a los pacientes con información relevante para minimizar las consecuencias [6, 7].

Si bien es difícil predecir el impacto de la ingesta de un mismo medicamento en diferentes personas, una opción es prescribir una alternativa que no se vea afectada por el consumo de jugo de pomelo u otras frutas, o reducir la dosis del medicamento. También, se ha propuesto que el paciente evite por completo la ingesta del bebestible durante la farmacoterapia o espere cuatro horas para su medicación [1, 6]. Consideraciones que deberían incluir, especialmente, a adultos mayores [3].

La interacción entre el jugo de frutas y varios medicamentos puede transformar un hábito alimenticio saludable en una potencial complicación clínica que requiere de atención médica.

Referencias:
[1] Dresser, G. et al. (2003). The effects of fruit juices on drug disposition: a new model for drug interactions. European Journal of Clinical Investigation.
[2] Bressler, R. (2006). Grapefruit juice and prescription drug interactions. Geriatrics.
[3] Chen, M. et al. (2018). Food-drug interactions precipitated by fruit juices other than grapefruit juice: An update review. Journal of Food and Drug Analysis.
[4] Petric, Z. et al. (2020). Food–Drug Interactions with Fruit Juices. Foods.
[5] Fuentes, J. et al. (2019). Compuestos bioactivos. Indualimentos.
[6] Pirmohamed, M. (2013). Drug-grapefruit juice interactions. BJM.
[7] Kiani, J. et al. (2007). Medicinal importance of grapefruit juice and its interaction with various drugs. Nutrition Journal.

Por Dominique Vieillescazes Morán