"La estimulación magnética transcraneal es una opción para la resistencia a fármacos"
Frente a casos de depresión persistente, trastorno obsesivo-compulsivo o dolor crónico, se presenta como una alternativa terapéutica que puede mejorar la calidad de vida.
La estimulación magnética transcraneal repetitiva (EMTr) es una técnica no invasiva que utiliza pulsos magnéticos para modular la actividad neuronal en áreas específicas del cerebro.
Entre sus principales ventajas, ofrece una alternativa segura con efectos adversos mínimos, ya que no implica sedación ni alteraciones sistémicas. Su aplicación permite mejorar el estado de ánimo, reducir síntomas intrusivos y potenciar la plasticidad cerebral, favoreciendo la recuperación funcional del paciente.
"Según la evidencia científica, podría consolidarse como un tratamiento estándar en psiquiatría, ampliando su aplicación a más trastornos y mejorando la calidad de vida de los pacientes".
Así lo comparte la doctora Carolina Pérez, psiquiatra de adultos de la Pontificia Universidad Católica de Chile, quien realizó un visiting fellowship en terapia electroconvulsiva en la Universidad de Columbia, Nueva York, EE.UU y posee certificación en terapia electroconvulsiva del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y en la International Society for ECT and Neurostimulation (ISEN) en Nueva York.
- ¿Por qué y cómo se especializó en esta técnica?
Desde que me formé en psiquiatría, me han interesado las terapias no farmacológicas para el tratamiento de los cuadros psiquiátricos. De hecho, en Estados Unidos realicé mi pasantía adaptativa en terapia electroconvulsiva (TEC), que es lo que ahora se conoce como psiquiatría intervencional.
Una de las técnicas asociadas es la estimulación magnética transcraneal repetitiva, aprobada por la FDA (Food and Drug Administration) hace más de 20 años y que, durante mi estadía en EE. UU., noté que se realizaba mucho y fue lo que me impulsó a desarrollarla aún más. Lo que llamó mi atención fue ofrecer una herramienta terapéutica extra a pacientes que no respondían al tratamiento farmacológico.
- ¿Cuáles son los beneficios que tiene sobre ciertas patologías y qué resultados se esperan?
La estimulación magnética transcraneal se basa en el principio de estimulación eléctrica neuronal. Funciona a través de un pulso magnético (fondo de conducción electromagnética). Esto permite que el estímulo sea mucho más específico en términos de profundidad y diámetro. En esencia, activamos y modulamos las neuronas para que se conecten entre sí. Aunque comenzamos estimulando la corteza, nuestro objetivo es que esas mismas neuronas activen áreas más profundas del cerebro.
- ¿Cómo se conjuga esta técnica en relación con las terapias farmacológicas?
Hay pacientes que no responden a los medicamentos o que padecen de muchos efectos secundarios, y esta es una alternativa. Por ejemplo, en depresión hay un porcentaje importante de personas que no alcanzan éxito terapéutico y continúan con signos de la enfermedad.
En ciertos casos la combinación de drogas funciona muy bien, pero en otros no. El nivel de sufrimiento e interferencias desde el punto de vista social, laboral y académico es altísimo y con efectos secundarios que se van acumulando.
- ¿Cuál es la reacción frente a estas terapias?
Hay alternativas más conocidas, como la electroconvulsiva que, lamentablemente, carga con mucho estigma. En general, cuando se ofrece ese tipo de abordaje, el 99% de las personas se asusta y el resto que no lo hace, suele ser porque conoce algún caso cercano exitoso.
Cuando uno acoge los miedos y educa bien a los pacientes, terminan aceptando y la mayoría finaliza la terapia con una percepción positiva.
Respecto a la estimulación magnética transcraneal, que es más desconocida, la mayoría responde de manera esperanzada, con entusiasmo y ganas de hacerlo y de probar cosas distintas.
- ¿Cuánto tiempo requiere el tratamiento?
Lo indicado por la FDA eran 36 sesiones de 25 minutos cada una al día, eso significaba estar entre 6 y 9 semanas en tratamiento, de lunes a viernes.
Ahora existen nuevos lineamientos que han demostrado ser eficaces, logrando respuestas hasta en una semana. Hay algunos protocolos, por ejemplo, en Stanford, donde se hacen 10 sesiones al día. Son pacientes que tienen que estar 10 horas, porque cada una dura 10 minutos, pero tienen descanso de un mes. Acá tenemos uno de cinco sesiones al día. En dos semanas la persona puede recibir hasta 50 sesiones de estimulación magnética transcraneal.
- ¿Cómo se mide el éxito terapéutico?
El trastorno depresivo es una afección que tiende a ser recurrente o crónica. No es algo que se solucione y nunca más se manifieste. Por lo general, si el paciente acude a la estimulación magnética transcraneal, es porque, probablemente, tiene una enfermedad que se ha repetido.
Este abordaje es similar a un fármaco en el sentido de que lo que hace es tratar el episodio y dejar al paciente eutímico. Pero eso no significa que nunca más va a tener un cuadro depresivo, y ahí lo que se establece es un buen tratamiento de continuidad, que puede ser con fármacos o este tipo de terapia, dependiendo de la respuesta de cada persona.
- ¿Qué opinión tiene sobre el futuro de esta técnica?
Hay muchas posibilidades de crecer. Uno de los desafíos es aumentar la indicación de la rTMS, que inicialmente se pensó para el abordaje de episodios depresivos y ya se ha extendido a otras patologías como el trastorno obsesivo-compulsivo, tabaquismo, dolor y ciertas afecciones neurológicas, incluso algunas con aprobación de la FDA.
Por María Ignacia Meyerholz