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03 Enero 2024

Trastornos del neurodesarrollo infantil tras ECV materna

La descendencia de mujeres que padecen este tipo de patologías presenta un riesgo elevado de desarrollar TDAH y TEA.

Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son una de las principales causas de complicaciones, morbilidad y mortalidad durante el embarazo. Estudios epidemiológicos sugieren que pueden alterar la función placentaria y provocar efectos adversos en la salud materna y neonatal.

El objetivo de este trabajo fue investigar las asociaciones de las ECV maternas preexistentes con el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), el trastorno del espectro autista (TEA) y la discapacidad intelectual (DI) en los hijos.

Para esto, llevaron a cabo un estudio de cohorte de base poblacional que incluyó a hijos únicos nacidos vivos sin malformaciones importantes, en Suecia (n = 2.699.675) y Canadá (n = 887.582) durante 1990-2019. Realizaron un seguimiento desde el nacimiento hasta la muerte, si es que emigraron o hasta diciembre de 2020 (lo que ocurrió primero). La exposición primaria se definió como una ECV compuesta diagnosticada antes de la concepción: enfermedad cerebrovascular, arritmia, insuficiencia cardíaca, enfermedades valvulares y cardíacas congénitas. Las incidencias de TDAH, TEA y DI, comparando hijos de madres con y sin ECV, se calcularon como índices de riesgo ajustados. Estos resultados se contrastaron con modelos que utilizaban ECV paterna como control negativo de la exposición.

Los hijos de madres con la patologia versus los que no la tenían observan 1,15 veces más riesgo de TDAH y TEA (IC del 95%). No se encontró asociación entre la ECV materna y la DI. La estratificación por subtipos de ECV materna mostró mayores riesgos de TDAH para la insuficiencia cardíaca (HR = 1,31; IC del 95%), enfermedad cerebrovascular (HR = 1,20; IC del 95%), cardiopatía congénita (HR = 1,18; IC del 95%), arritmia (HR = 1,13; IC del 95%) y valvulopatía (HR = 1,12; IC del 95%). Se observaron mayores riesgos de TEA para la enfermedad cerebrovascular (HR = 1,25; IC del 95%), cardiopatía congénita (HR = 1,17; IC del 95%) y arritmia (HR = 1,12; IC del 95%). La ECV paterna no mostró asociaciones con TDAH, TEA o DI, excepto en el caso de la enfermedad cerebrovascular que presentó relación con TDAH y TEA.

Estos resultados evidencian una conexión entre las enfermedades cardiovasculares maternas preexistentes y un aumento de TDAH y TEA en la descendencia. Además, resaltan la importancia de brindar un seguimiento clínico y apoyo a mujeres en edad reproductiva con diagnóstico de ECV, con el objetivo de prevenir o intervenir de manera temprana en estos trastornos del neurodesarrollo infantil.

Fuente bibliográfica

https://doi.org/10.1093/ije/dyad184