Problemas cognitivos tras la COVID-19
Personas con síntomas de corta y larga duración presentan déficits similares en la función cognitiva después de la infección. Estos se acrecientan con algunas variantes, la hospitalización y la sintomatología no resuelta.
Los síntomas cognitivos después de la COVID-19 están bien descritos. Sin embargo, no está claro si existen déficits cognitivos objetivamente mensurables y durante cuánto tiempo persisten. Este estudio se enfocó en evaluar la discapacidad cognitiva medible post infección.
Se reclutó a 800.000 adultos en Inglaterra y se les solicitó completar una evaluación en línea sobre la función cognitiva. Estimaron una puntuación cognitiva global en ocho tareas. Su hipótesis era que los participantes con síntomas persistentes (que duran ≥12 semanas) tendrían déficits cognitivos globales objetivamente mensurables y que se observarían deficiencias en el funcionamiento ejecutivo y la memoria, especialmente en aquellos que informaron mala memoria reciente o dificultad para pensar o concentrarse "niebla mental".
Solo 112.964 participantes completaron la evaluación cognitiva. Los que experimentaron síntomas que duraron <4 semanas, así como aquellos con ≥12 semanas, presentaron pequeños déficits similares en la cognición global (puntaje cognitivo global: -0,23 y -0,24, respectivamente; IC 95%), en comparación con los que no tuvieron la infección.
Se observaron mayores deficiencias en las personas con síntomas persistentes no resueltos (-0,42; IC 95%), en aquellas con la infección durante períodos en los que la cepa de SARS-CoV-2 original o la variante B.1.1.7 eran predominantes (-0,17; IC 95%) y en participantes que fueron hospitalizados (-0,35; IC 95%).
En una comparación del grupo que tenía síntomas persistentes no resueltos con aquellos sin COVID-19, las tareas de memoria, razonamiento y función ejecutiva se asociaron con los mayores déficits (-0,33 a -0,20), estas se correlacionaban débilmente con síntomas recientes, incluida la mala memoria y la confusión mental. No se reportaron eventos adversos.
Los resultados muestran que, existe un pequeño déficit en la función cognitiva mensurable post COVID-19, tanto en personas con síntomas persistentes resueltos como en aquellas con sintomatología de corta duración. La persistencia a largo plazo de las alteraciones cognitivas y sus implicaciones clínicas siguen siendo inciertas.