Bailar ayuda a los mayores de 85 años a mantenerse sanos
Los datos mostraron que la adherencia al programa fue alta (> 70% durante 12 m), lo que sugiere que el baile es una forma aceptable de aumentar la actividad física en adultos mayores de comunidades económicamente diversas en un amplio rango de edad (55-97).
El número de personas mayores con discapacidad está aumentando en todo el mundo. Las predicciones actuales indican que en 2050 una de cada seis personas tendrá más de 65 años. Por lo tanto, el mantenimiento de la función física y cognitiva, la independencia en la vida diaria y la calidad de vida de las personas mayores son prioridades de salud pública y existen pruebas que sugieren un efecto protector y beneficioso de la actividad física (AF) en diferentes resultados. Sin embargo, se ha observado un descenso constante de la participación en AF a medida que aumenta la edad. Dado que la inactividad física se reconoce como uno de los principales factores de riesgo de enfermedades no transmisibles y mortalidad, las intervenciones que se centran en la promoción de la AF en los adultos mayores que pueden apoyar el envejecimiento saludable y ralentizar la progresión de las enfermedades y la discapacidad son una prioridad mundial.
El proyecto "Dance On" fue dirigido por investigadores de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Leeds (UK), junto con One Dance UK, Yorkshire Dance y Dardos, la organización benéfica de artes participativas de Doncaster. Se descubrió que incluso las personas consideradas "mayores de edad" -más de 85 años- pueden beneficiarse de clases regulares de baile para mejorar su bienestar y movilidad.
Las clases, que tuvieron lugar en Leeds, Bradford y Doncaster, acogieron a 685 personas mayores de 55 años en clases de baile semanales durante un periodo de 12 meses. Con una media de edad de 75 años, más de un tercio de los participantes procedían de comunidades muy desfavorecidas.
Al final del ensayo, los investigadores constataron que las personas que habían participado aumentaron la cantidad de actividad física que realizaban cada semana, y la mantuvieron durante los 12 meses siguientes. La opinión sobre su propio bienestar también mejoró, y los participantes afirmaron sentirse más fuertes, más seguros de sí mismos y "años más jóvenes".
El informe de investigación del proyecto Dance On destacó los impactos positivos sobre la salud mental, incluyendo la reducción de la ansiedad y las mejoras en la satisfacción con la vida como resultado.
El equipo declaró de que las sesiones de baile son especialmente accesibles para las personas de zonas desfavorecidas, ya que las clases pueden organizarse a bajo coste y sin equipamiento especial en entornos interiores seguros. Para las personas mayores, el baile puede ayudar a conectar con experiencias previas de baile cuando eran más jóvenes, fomentando el disfrute y el sentido de comunidad.
Los investigadores desean que los ayuntamientos, las autoridades sanitarias y las organizaciones benéficas reflexionen sobre el tipo de actividad que podrían promover o financiar para ayudar a las personas mayores a mantenerse activas, y que consideren la danza como una opción accesible y eficaz.