Alisado químico del cabello y cáncer de útero
Quienes declararon haber utilizado con frecuencia este tipo de productos (más de cuatro veces en el año) tenían más del doble de probabilidades de desarrollar la enfermedad.
Los productos capilares pueden contener sustancias químicas peligrosas con propiedades de alteración endocrina y carcinógenas. En estudios anteriores se ha comprobado que su uso está asociado a un mayor riesgo de cánceres sensibles a las hormonas, como el de mama y el de ovario. Sin embargo, no se ha investigado la relación con el cáncer de útero.
Un estudio del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental y la Universidad de Carolina del Norte (EEUU) en el que participaron 30.000 mujeres residentes en Estados Unidos logró concluir que sí existe una relación entre estos factores. El punto fuerte de la investigación es que reunió a personas de diferentes orígenes étnicos: afroamericanas, hispanas, asiáticas y nativas americanas. Fueron seguidas durante 10 años y en ese tiempo 357 de ellas desarrollaron cáncer de útero.
Calcularon que el 1,64% de quienes nunca usan planchas para el pelo desarrollarán cáncer de útero a los 70 años, pero en el caso de las que las usan con frecuencia, el riesgo se eleva al 4,05%. Se encontró un riesgo ajustado de cáncer de útero un 80% mayor en las que habían utilizado alguna vez este dispositivo en los 12 meses anteriores.
Aunque las mujeres afroamericanas son más propensas a utilizar relajantes para el cabello, no son más propensas a desarrollar cáncer de útero que, por ejemplo, las mujeres blancas o latinas. Sin embargo, quienes comienzan con esta práctica más jóvenes si lo son.
Se trata de un aumento preocupante para un cáncer que todavía se diagnostica con poca frecuencia, pero cuya incidencia y mortalidad asociada han aumentado en los últimos 20 años. Se necesitan más investigaciones para confirmar estos hallazgos en diferentes poblaciones, para determinar si los productos capilares contribuyen a las disparidades de salud en el cáncer de útero y para identificar las moléculas específicas que pueden aumentar este riesgo de cáncer en las mujeres.