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13 Octubre 2008

Los ejercicios prolongan la vida de las personas adultas

Este estudio demuestra que, después de 2 décadas de seguimiento, la práctica habitual y a largo plazo de ejercicios vigorosos, como el correr, se asocia con una menor discapacidad y mortalidad entre los adultos mayores.

Los niveles de mortalidad han llegado a niveles muy bajos y la esperanza de vida ha alcanzado un récord en los últimos años, probablemente debido a una combinación de comportamientos y cambios sociales, así como la mejora de terapias médico-quirúrgicas. Por lo tanto, con el aumento de las expectativas de vida, es necesario centrar la atención en la optimización de la calidad de vida y las capacidades funcionales de la población mayor. Por ejemplo, se ha observado que la práctica regular de ejercicios, incluido el caminar, puede contribuir a mejoras considerables de salud entre los adultos mayores.

En este estudio (División de Inmunología y Reumatología, Universidad de Stanford, Palo Alto, Estados Unidos), se informan los resultados sobre discapacidad y mortalidad en una cohorte norteamericana de 284 corredores y 156 controles después de 21 años de seguimiento, todos mayores de 50 años. Los datos incluyeron el correr y la frecuencia de ejercicios, el índice de masa corporal y la discapacidad a través del cuestionario de evaluación de salud e índice de discapacidad (HAQ-DI; de 0 [sin dificultad] a 3 [imposibilidad de cumplir]). Las causas de muerte se determinaron mediante la tasa nacional de mortalidad.

Al inicio, los corredores eran más jóvenes, ágiles y menos propensos a fumar en comparación a los controles. La media de HAQ-DI (SD) fue mayor en los controles que para los corredores en todos los puntos de tiempo y aumentó con la edad en ambos grupos, aunque en menor grado en los corredores (0,17 [0,34]) que en los controles (0,36 [0,55]) (P < 0.001). El análisis multivariado señaló que los corredores tenían un riesgo significativamente menor respecto a la puntuación HAQ-DI (riesgo, 0,62; intervalo de confianza del 95%, 0,46-0,84). En 19 años, el 15% de los que practicaban ejercios habían muerto en comparación al 34% de los controles. Después de ajustar covariables, los corredores demostraron un beneficio de supervivencia (riesgo, 0,61; intervalo de confianza del 95%, 0,45-0,82). La discapacidad y las curvas de supervivencia continuaron siendo divergentes entre los grupos después de los 21 años de seguimiento a medida que se acercaban a su novena década de vida.

En conclusión, el ejercicio vigoroso (correr) en personas de mediana edad y adultos mayores se relaciona con una reducción de la discapacidad en etapas avanzadas de la vida y una notable ventaja de supervivencia.

Fuente bibliográfica

Arch Intern Med. 2008; 168(15):1638-1646